¿Cuándo una democracia es plena o cuando deja de serlo? ¿Cuándo deja de ser un río para ser un arroyo? ¿Cuándo una colina deja de serlo para convertirse en montaña? ¿Cuándo comienzas a ser persona? ¿Cuándo dejas de ser “un montón de células” para ser un “ser humano”?
Este tipo de preguntas tienen nombre y apellidos. Se trata de la paradoja sorites. Sorites significa montón, pila, conjunto en griego, de ahí su nombre) atribuida generalmente a Eubulides de Mileto.
Esta paradoja pone de relieve los problemas a los que nos enfrentamos cuando la gente utiliza el “sentido común” sobre conceptos vagos. De tal forma pone en juego todo lo que normalmente decimos basándonos en el referido sentido común, así como en la presunción de la universalidad de un conocimiento determinado.
En concreto su formulación original sería: ¿En qué momento un montón de arena deja de serlo?
Intentar responder a esta cuestión nos lleva siempre a realizar deducciones sobre qué constituye exactamente un montón de arena, es así que se dice que:
1 – dos o tres granos de arena no forman un montón;
2 – que un millón sí lo constituyen;
3 – que si «n» granos de arena no forman un montón si les agregamos un grano de arena más tampoco lo formarán;
4 – si «n» granos de arena son un montón, quitándole un grano seguirá siéndolo.
Siendo así entonces, ¿Cuál es la medida adecuada? ¿Cuál es el número concreto que va a inaugurar la existencia o no de un montón de arena?
Un límite, una barrera, una definición, tiene sentido cuando es la misma naturaleza la que lo impone. Pero cuando somos los humanos los que “inventamos” esos límites, que son convencionales y están orientados a nuestro beneficio, estamos siempre al borde de una paradoja.
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