En el reciente ensayo publicado por Ignacio Ramonet, titulado Guerras del siglo XXI, el director de Le Monde Diplomatique reflexiona acerca de la metamorfosis de la violencia en los albores del nuevo milenio. El autor mantiene que la violencia política tradicional, “la que trataba de cambiar el mundo”, se limita ahora a seis o siete focos en el planeta (de Palestina a Irak, pasando por Euskadi). Más allá del actual telón de acero, el mundo parece vivir en paz. Pero las sociedades de la globalización experimentan un polvorín cotidiano, una guerra de pobres contra otros pobres, de pobres contra ricos: la violencia de la supervivencia es la nueva violencia política. De la caída del muro de Berlín (1989) al ataque a las torres gemelas (2001), el naciente siglo ha supuesto el paso de la macroguerra fría (cuando dos enemigos se combatían en silencio o en la trastienda) a la microguerras calientes (cuando un imperio sin enemigo busca incansablemente al enemigo imaginario, razón y pretexto para violencias reales): “Un imperio sin enemigo siempre es más débil. El terrorismo internacional es la gran coartada: nace así la guerra infinita, la supremacía del interés del Estado sobre el derecho, la manipulación cínica de la información, y cambian los modales: la brutalidad y la tortura suceden al fair play”. A un hipercentro desorientado y aterrorizado se corresponde una inmensa periferia con nuevos conflictos y amenazas, “con grupos extraños cuyo alimento ya no es el marxismo sino raros virus intelectuales capaces de engendrar la hiperviolencia”. Es lo que el autor denomina la guerra social planetaria, basada en nuevas violencias perpetradas, padecidas y presenciadas mundialmente: nuevas violencias políticas sin ideología o con ideologías ciegas; inauditas violencias estructurales sin Estado o con estados desmantelados; emergentes violencias cotidianas sin sociedad o con sociedades en descomposición; inéditas violencias simbólicas sin ética ni estética más allá del todo vale masmediático. Los victimarios, víctimas y testigos de siempre, pero con otros códigos (o con códigos indescifrables) y en un nuevo escenario global (o en no lugares sin escenario).
Ferrándiz Martín, F., & Feixa Pampols, C. (2004). Una mirada antropológica sobre las violencias. Alteridades, 14(27), 159-174.
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